A estas alturas,
debo confesar que aún no he descubierto por qué no te cuentan según qué
cosas sobre el embarazo. Yo lo llevé bastante en secreto (la búsqueda,
quiero decir) y nadie pudo advertirme ni explicarme según qué
cosas...Pero he visto como tía dos embarazos y os juro que no me enteré
de la mitad de lo que pasaba...¡En fin! Que aquí va: todo lo que no nos
cuentan sobre el embarazo:
Hay
una cosa que parece muy obvia, y que sí ves y sí te cuentan, pero no
experimentas. Y sólo cuando lo vives, puedes darte cuenta de lo que es y
de qué maneras te puede llegar a afectar, son los cambios físicos.
Es
evidente, tu cuerpo va a cambiar mucho, ¡y no sólo en el área del
abdomen! Tu pecho, tu culo, tus piernas....Y eso sin contar con los
kilos de más o de menos que puedes coger.
Tus
pechos crecerán, pero es posible que tus pezones también lo hagan...Y
de paso, puede que duelan, se agrieten... y esos pechos de los que estás
tan orgullosa quedará poco. Lo siento, ¡es así! Y como me dice mi
hermana: ¡Pues no te queda ná!
Los pechos cambian podríamos decir que desde el minuto cero. Dos días después del día de la presunta concepción yo ya me notaba mucho dolor en el pecho. Es curioso pero durante todo el embarazo el pecho cambia para lo que está predestinado a hacer: alimentar al bebé cuando nazca. Incluso después del nacimiento, con la lactancia materna siguen cambiando, se hinchan, se deshinchan, están sensibles... Todo un mundo. (Y para mi, la parte más gratificante de toda esta experiencia está siendo la lactancia materna)
Por si no fuera suficiente, las
caderas se ensancharán, tus pantalones dejarán de servirte, sentirás
las piernas pesadas y pueden aparecer varices, tus pies se hincharán
(hacia el final del embarazo) y hasta puede que necesites zapatos de una
talla más. Y ya dedicaré un post a otra maravilla del embarazo: ¡Las
estrías!
Otra cosilla que no te cuentan: Si eres una persona aprensiva, te dan miedo las agujas y te da asco la sangre....¡Empieza a acostumbrarte!
Trimestralmente
te harán análisis de orina y sangre. Y tendrás que hacerte otros tests
dependiendo de tus particularidades (edad, niveles de azúcar en sangre,
RH...). La cuestión es que puedes acabar literalmente como un colador. Y por no hablar del parto, que como es una cosa de naturaleza imprevisible puedes parir sin un rasguño o como yo: empezar pinchada por todas partes y parecer la mujer biónica y acabar como la novia de Frankenstein. Pero, ¡en fin! Eso queda para otro post...
Lo que me recuerda a otro punto que no te cuentan...¿Eres pudorosa y vergonzosa? Mal vamos.
Como yo digo: "a estas alturas ya me han visto mis partes media ciudad."
No
siempre puedes escoger ginecólogo, y no puedes negarle el aprendizaje a
los estudiantes de medicina... Vas a tener que dejar tus vergüenzas a
un lado. Todos los especialistas y profesionales por los que vas a
pasar, quieren lo mejor para ti.
Ten
en mente que mucha gente te va a mirar, tocar, palpar...van a meter
cosas, palitos, dedos y cosas varias allí abajo. Y tienes que estar preparada para ello, ya que si en el momento estás tensa, el proceso será más difícil, largo, e incluso doloroso. Piensa que durante el embarazo y más tarde en el parto, te harán muchos tactos vaginales (que para mi, es lo más desagradable, incómodo y doloroso del mundo, más que el temido parto) También ecografías vaginales (sobre todo las primeras) y otras pruebas hacia el final del tercer trimestre. Es lo que hay.
Personalmente no soy muy pudorosa con este tema, pero entiendo que hay gente que sí lo es, y que esto le impide hasta ir al ginecólogo anualmente como deberíamos hacer todas...Pero chicas, pensad en vosotras, en vuestra salud, y en la de vuestra familia. Y esto ya no va solo para las futuras mamis. Fuera tonterías, la salud es lo primero...y más en temas tan delicados que pueden afectar a vuestra pareja y pueden acabar siendo muy graves.
Y para ir acabando el post (aunque no se acabe el tema) lo que más me indignó que no me contaran...El post-parto.
Toooodo el mundo te habla y te pregunta sobre el parto, inevitablemente tu mente acaba centrándose en el esperado (o temido para muchas) momento...y el post-parto se queda ahí, olvidado...
La llamada cuarentena, esos cuarenta días después del parto en el que pasa de todo. Tu matriz se recoloca, expulsando los loquios, que digamos que son restos de todo el percal que has tenido dentro nueve meses y es como tener la regla...pero puede durar tres días, como cuarenta. Vamos, que es súper incómodo, y si le sumas que te han hecho puntos aquí o allá, que tienes y quieres cuidar de tu hijo, las visitas, que llegas a casa y quieres hacer cosas....es un engorro total.
¿A que los embarazos de las pelis no te enseñan todo eso?
Espero no haber asustado a nadie. ;)
Un abrazo enorme y
¡Sonreíd mucho!
Pd: Debo confesar que todo esto se olvida en cuestión de segundos cuando le ves la carita a tu peque.